-Detente. ¡Por favor para!
Miradas.
Silencio.
Y de pronto, se baja, se recuesta a su costado.
- ¿Me amas?
- ¿Cómo? No
entiendo tu pregunta
-Es simple. ¿Quiero
saber si me amas?
Silencio y
más silencio.
- ¿Crees que
estaría aquí sino te amara?
-No lo sé
Entonces
ella se paró, se vistió y salió.
En la Plaza
de Chivay, se preguntaba en que maldita hora dejó a su novio.
Él se quedó
en el cuarto del hotelito, diciéndose
-Yo solo
quería saber si me amas
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