EL NIÑO Y EL
HOMBRE
Hola, hola.
¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?
¡Ven, ven,
no tengas miedo!
¿Qué manitos
tan sucias? ¡Qué ojitos tan traviesos!
Ven no te
vayas, regálame la luz de tu mirada
yo te daré
mi torpe y triste mano,
mi mano de
hombre solo sin amor.
Juega
conmigo a que entiendes y si no comprendes
échate a reír…
Llévame al
sol de los campos,
y al humo
celeste, de un tiempo feliz.
Ese tu
tiempo que llevas y suena campanas
lejanas en
mi
Yo sé que, junto
a ti, renacerá la luz
Y volverá mi
alma a ser feliz
Yo sé que, junto
a ti, renacerá la luz
Y volverá mi
alma a ser feliz.
Como
explicarte a ti, como llegar no sé
simplemente
a entendernos,
si en ti, en
ti nace la luz.
Yo, yo soy
sombra hace tiempo
¿Dime a
donde está los verdes caminos de esos días?
¿A dónde el arcoíris
de mi alma?
La ilusión
¿Por qué
cambio mi padre?
Y en
vejecieron soles
Y se llenó
de inviernos el huerto de mi madre
Y mi hermano
me quiere decir no sé qué cosas
Y me mira se
calla, y callamos los dos
Mi abuelo se
fue y nadie me volvió a contarme un cuento,
ya no quedan
abuelos, con magias y color.
Mira
recuerdo uno, de una estrella en Belén,
un cuento
que decía…
Pero ven,
ven no te vayas Jesús,
ayúdame a
encontrar la estrella de aquel tiempo
aquel niño que fui y que ya no lo tengo,
aquel niño que
fui y ya no lo tengo
Yo sé que, junto
a ti, renacerá la luz
Y volverá mi
alma a ser feliz
Yo sé que, junto
a ti, renacerá la luz
Y volverá mi
alma a ser feliz