La mar se ha
quedado tranquila
la luna
alumbra el desierto
el viento
sopla un silbido de alegría
llegó la
Nochebuena, dulce melodía.
Será que el
niño nos mira, nos sonríe
y con esa
dulzura nos dice "no mientan"
no mentir
esa es nuestra verdad,
tenemos que
llevar nuestra realidad,
decir,
contar, escribir, qué más da.
Dulce el
metal, toxico el vals,
la niña
camina sola
en el
corazón de la ciudad,
el
villancico le acompaña
en el
mendigar de su realidad
esta noche
nace el Niño
mañana
mueren muchos niños.
El pavo pide
clemencia,
la mesa pide
decencia,
el pobre
clama justicia,
el rico goza
complacencia,
yo no escapo
de mi demencia.
Nace una
ilusión en el corazón
¿Por qué
dejarlo ir?
Aprovechemos
la situación
para después
reír
Es el
espíritu navideño
el sublime
decir te quiero,
el regalarte
una sonrisa
el
entregarte una mirada y
la razón de
decir ¡Feliz Navidad!
dulce el
metal, toxico el vals
(RJLR)
Escrita
en diciembre del 2006
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