miércoles, 10 de febrero de 2016

SOCIALIZACIÓN DE LA PRENSA EN EL PERÚ 1974 (II)



EL PERIODISMO PERUANO EN LA DECADA DEL 60
Quienes estudien más tarde  la historia del diarismo en el Perú tendrán que llegar a una conclusión cierta e inevitable: su edad de oro, su mejor época fue la década de los años 60’. Es ahí donde se desarrolla un inmenso potencial de inteligencia  creadora, de amplio debate, de lucha idealista, de confrontación de principios hasta el punto de determinar el propio curso de la historia nacional.
Y es ahí también, indiscutiblemente, donde surge y se forja la generación más brillante de periodistas, curiosamente ninguno de ellos con estudios de periodismo a las hoy llamadas ciencias de la comunicación. (…)

LA REPUBLICA  ARISTOCRATICA
La prensa diaria era perfectamente coherente con el Perú de entonces, una República Aristocrática donde el linaje tenía preeminencia sobre el dinero, aunque éste se concentraba internamente en familiares de larga tradición. El poder económico extranjero estaba acaparado por las grandes empresas del petróleo (la International Petroleum Company, que ejercía el monopolio petrolero, subsidiaria de la Standard Oil de New Jersey); de la minería (la Cerro de Pasco Corporation, la Marcona Mining Company, la Southern Perú Cooper Corporation);  de las telecomunicaciones (la International Telegraph and Telephone, monopolio de los teléfonos y télex); de los ferrocarriles (la Peruvian Corporation, monopolio ferrocarrilero, empresa inglesa); de la banca (el Chasse Manhattan Bank, el Chemical Bank, el First National City Bank y los grupos italianos que controlaban el Banco de Crédito); de la agricultura (la Grace); y del transporte marítimo (la Grace Line, virtual monopolio en el transporte de exportación e importación).
La Industria estaba surgiendo  con el aguerrido esfuerzo de empresarios nacionales casi todos ellos mirados por la oligarquía de entonces con desdén y desprecio como advenedizos con un papel segundón.


LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Los diarios naturalmente eran portavoces de esos grandes intereses nacionales y extranjeros. La Prensa  y Ultima Hora, propiedad de Pedro Beltrán  Espantoso y de su esposa norteamericana Miriam de Beltrán, asumieron la defensa de los terratenientes agrarios, casi todo ellos dedicados a la exportación de azúcar y algodón, y a la gran  inversión norteamericana en el petróleo y la minería. Expreso, fundado por Manuel Mujica Gallo, fue adquirido por Manuel Ulloa Elías, presidente  del Delting Bank, miembro del Grupo ADELA y vinculado al Grupo Rockefeller. Fue otra tribuna de defensa de los grandes intereses extranjeros.
Correo y Ojo, creado por el más audaz y genial empresario peruano de todo los tiempos, Luis Banchero Rossi, respaldaron fuertemente a la industria de la harina del pescado, por entonces la primera fuente de exportación. La Crónica, propiedad de la familia Prado se concentró en el cuidado y vigilancia de los vastos negocios del entonces llamado “Imperio Prado”. Tan solo  El Comercio, propiedad de la familia Miró Quesada, escapaba a ese estereotipo, pues salvo los intereses de sus anunciadores, la familia era de periodistas y no de empresarios que tenían inversiones en otros campos de la actividad productiva. (…)

CONTROVERSIA EN EL MUNDO ENTERO
Las noticias de la socialización de siete diarios peruanos (…) viajaron por todo el planeta y ocuparon primeras planas en toda la prensa mundial.
Diversas naciones capitalistas y comunistas que durante años habían seguido de cerca la Revolución de los militares nacionalistas del Perú, empezaron a preguntarse qué significaba este ensayo inédito y novedoso, que rechazaba  por igual el esquema capitalista de la propiedad privada de los medios de comunicación y el esquema comunista de la propiedad estatal de los mismos. El concepto peruano era “socialización”, esto es, transferencia de la propiedad  a las mayorías populares organizadas en sectores  significativos y el Gobierno Revolucionario de Lima no solo negaba estar conculcando la libertad de prensa sino que afirmaba que su propósito de extender y ampliar esta libertad  para que el pueblo pudiera expresarse libremente.
Los ataques a la medida no tardaron ni un día. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la que estaban agrupados los más importantes diarios del continente, se pronunció inmediatamente calificándola de “confiscatoria”, “abusiva”, “totalitaria”, “comunista”,  y como “garrote” que había terminado con la libertad de prensa en el Perú. (…)
Los periodistas de todos esos países, sin embargo,  que sabían que la libertad de prensa existía para ellos en tanto y en cuanto  se comprometieran con los intereses de los dueños para quienes trabajaban, adoptaron una actitud de cautela, al comienzo, y de fuerte respaldo, después  una vez que recibieron explicaciones y pudieron captar un cuadro diferente al que planteaban las empresas periodísticas.

LOS EQUIPOS EN LOS DIARIOS

EL COMERCIO
En Lima, los Comités Directivos Provisiones se hicieron cargo de su tarea.  En el Comercio estaban, Héctor Cornejo Chávez acompañado en Enzio Parodi, Jorge Bolañoz Ramírez, el General Juan Bossio Collas como Gerente y Luis Durand Flores como  Sub Director a medio tiempo. La Jefatura de Redacción  fue asumida por Carlos Quiroga Gutiérrez, quien años antes había colaborado con el Comité Directivo que se hizo cargo de “Expreso” luego de su expropiación en 1970.
Del personal de confianza de los Miró Quesada  sólo se apartaron voluntariamente  Alberto García, Jefe de Redacción, Dante Cussato, Jefe de Provincias, Luis Meza, Jefe de la Página de Arte y Alfonso Baella Tuesta, Jefe de la Página Política. Baella, sin embargo,  al medio día siguiente, telefoneó  a un alto directivo para decirle dos cosas: la primera, que  él había sido explotado por los Miro Quesada que le fijaron un sueldo bajo  y el resto se lo pagaban por recibo, por lo que pedía que para efectos de su indemnización por tiempo  de servicios se le considerara el total de sus ingresos, y la segunda, que como corresponsal en Lima de la Deuchten Press Agentur (DPA), la agencia alemana de noticias, tenía celebrado un contrato con  “El Comercio” y solicitaba que se le renovaran con un aumento sustancial en el precio.
Quedaron en la redacción Roberto Almandoz, Jefe de Informaciones, Augusto Peña, Roberto Mejía Alarcón, Hugo Cabrera Arca, Alfonso Morales Cazorla, Hugo Poémape, Maz Jiménez León, Eduardo San Román, Bruno Espósito y Koko Cárdenas en la sección deportes, para la cual fue contratado Guillermo Alcántara. José Luis Lazcano continuó como jefe de Internacionales. En el Dominical permaneció Manuel Jesús Orbegoso, lo mismo que Pedro Luis Guinassi en Editorial, Guillermo Puente de La Vega en su columna “Las Provincias en Lima”  y Federico Roggero en la Página Hípica. El nuevo equipo  había decidido cambiarlo por Raúl Chepote Gutiérrez, pero Federico me llamó por teléfono  con desesperada urgencia y me pidió que hablara con Héctor Cornejo para que lo  dejaran   en su puesto. Así lo hice y pudo seguir  cobrando su sueldo en la planilla del diario decano. No hubo “razzia” alguna. Se marcharon tres o cuatro por decisión propia y el resto quedó,  junto con los “tupamaros” que habían creado el Sindicato, entre ellos Segundo Vargas, Grimaldo Terán y muchos otros. En la parte administrativa nadie  fue removido y Carlos Levi asumió importantes tareas  en esa área vital de la empresa.

LA PRENSA
En La Prensa,  Walter Peñaloza Ramella acompañado por Raúl Vargas Vega y Miguel Reynell, integraban el Comité Directivo. Al poco tiempo se añadió  al equipo José María Salcedo. Raúl Vargas  asumió la Jefatura de la Página Editorial y Mario Marroquín quedó  como Jefe de Redacción. La revista “7 Días” pasó a ser dirigida por Félix  Nakamura. Se crearon dos revistas, una que empezó a dirigir César Lévano  y la publicación infantil “Urpi” que se inició bajo la conducción de Gladys Padrón. Entre los redactores principales figuraron Antonio Fernández Arce, Bernardino Julián Arrieta, Julio Alzola, Luis Guerrero, Begoña Ibarra. En La Prensa, también se registraron renuncias  irrevocables inmediatas, como en los casos de Arturo Salazar Larraín, Juan Zegarra Russo y varios otros de formaron parte del equipo de confianza de don Pedro Beltrán.

CORREO
En Correo, Hugo Neira Samanez con su equipo integrado por Julio Ortega, Francisco Guerra García, Mario Razzeto, Mauricio Barbis, nuevo Gerente, Alfonso Aguilar, Juan Zúñiga, Julio Higashi, Justo Chávez, Manuel Rodríguez, Oscar Vargas Romero, Ernesto Vega Pardo, Jorge Benavides, José Mujica, Rodolfo Orozco, Carlos Sánchez, Gerardo Calderón, Jorge Hani, Luis Podestá, Amadeo Julián Arrieta, Carlos Miano y varios otros.
Merece particular mención  el caso de Patricio Ricketts Rey de Castro, quién al ser socializado el diario desempeñaba el cargo de Jefe de Página Editorial. Fue removido de su cargo por ser una función de confianza, pero él  pidió  quedarse como editorialista  y manifestó  su acuerdo con la medida dispuesta por el Gobierno Revolucionario. Año más tarde, durante el gobierno de Morales Bermúdez, Patricio Ricketts se opuso públicamente a la devolución de los diarios a sus antiguos dueños en una carta publicada en el diario El Comercio. Durante la Revolución estuvo estrechamente unido a Samuel Drassinower, dueño de la empresa Moraveco, quién fue uno de los pocos industriales  que respaldo  junto con  su socio, Gilberto Ramos, la creación de la Comunidad Industrial. Patricio Ricketts era el escritor de sus discursos y declaraciones y formó parte de una delegación de periodistas que llevé  en visita oficial a Cuba en diciembre de 1973.
El Comité de Correo,  tomó la decisión de auspiciar la publicación de la revista “Posdata” que dirigía otro entusiasta y fervoroso defensor de la  Revolución, Alfredo Barnechea.


ULTIMA HORA
En Ultima Hora, Ismael Frías Torrico se instaló rodeado por un séquito  de confianza, entre  ellos su amigo Suárez, a quién nombró Gerente  y su  otro amigo, Julio Cabrera. Uno de su colaboradores  de confianza  fue Javier “Pocho” Tantaleán  Arbulú, hijo del general Tantaleán, Ministro de Pesquería, quien se encargó de una columna de opinión que firmaba con seudónimo. En el equipo de redactores estaban Justo Linares, Ricardo Müller Montani, Walter Seminario, Manuel Michilot y muchos otros.
OJO
En Ojo, Augusto  Rázuri Seminario, con los miembros  de su Comité, Juan Paredes Castro, actual Jefe de la Página Editorial de El Comercio  e Ismael León  Arias. Ricardo Cervera  era el Jefe de Redacción  y bajo sus órdenes trabajaron Ismael Pinto,  Víctor Ramírez, Ronald Coloma, Salvador Larrea, Delfina Becerra, y muchos otros periodistas de la anterior administración.

EXPRESO
En Expreso  y Extra,  Alberto Ruiz Eldrege  junto con Francisco Moncloa, Rafael Roncagliolo y el Coronel  (r) Samuel Angulo como Gerente. Los periodista, los “mastines” que habían combatido largos años respondiendo a cuanto enemigo de la Revolución les salió al paso, afianzaron sus posiciones. Entre ellos estaba Carlos Ortega, Guillermo Sheen Lazo, Enrique Paredes Paz, Francisco Landa Verástegui, gran  combatiente contra  las críticas de los dirigentes apristas, Pedro  Higa, Antonio Laynez, Gerardo Torres, el “negro” Herrera, César  Augusto Dávila, Owen Castillo y muchísimos más.

LA CRÓNICA
Y  en La Crónica, Guillermo Thorndike Lozada con su equipo compuesto por Abelardo Oquendo, Carlos Howes Beas, Mirko Lauer, Eduardo  Ordoñez, Jesús Reyes, Eduardo Mazzini, Luis Delboy, Adolfo Gershman, Jesús Ruiz Durand, Humberto Castillo Anselmi, Alejandro Sakuda, Jorge Zegarra Obando, Nicomedes  Santa Cruz, Alfonsina Barrionuevo, Flor Sánchez, Perla Baca, Manuel Alcántara Cavero,  Ana María Portugal,  Rodney Espinel y el gran maestro  de los fotógrafos peruanos, Carlos Domínguez. Director de La Tercera, fue designado Domingo Tamariz y Víctor Riveros inició  una columna. Al poco tiempo fue llamado Ángel Avendaño, el poeta que había sido injustamente encarcelado con la falsa acusación de haber incendiado un local de SINAMOS, quien se hizo cargo de la sección cultural.

 Del Libro: Libertad de Prensa La Etapa Borrada. El quién es quién en el periodismo peruano.

Autor: Augusto Zimmermann Zavala

domingo, 7 de febrero de 2016

SOCIALIZACIÓN DE LA PRENSA EN EL PERÚ 1974 (I)


El viernes 26 de julio de 1974, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada encabezado por el presidente, Juan Velasco Al varado, promulgó un Decreto de Ley llamado Estatuto  de Prensa, mediante el cual los diarios de circulación nacional fueron expropiados y asignados en propiedad a organizaciones representativas de los sectores sociales mayoritarios del país. (…)
La  versión resumida de  las disposiciones legales aprobadas por el Consejo de Ministros,  publicada en el diario El Comercio, en la primera página de su edición del 27 de julio, dijo lo siguiente: “El Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, promulgo ayer un nuevo Estatuto de Prensa por intermedio de la cual el Estado reconoce, respeta y garantiza el derecho de los órganos periodísticos a informar y opinar libremente.
Cualquier  órgano de prensa,  de acuerdo al nuevo Estatuto, puede, con entera libertad, informar, expresar ideas y formular juicios o apreciaciones críticas, sin consulta ni censura previa, en tanto no trasgreda los límites señalados por el respeto a la ley y a la moral en general, y especialmente a la verdad de los hechos y al honor e intimidad personal y familiar. La trasgresión será sancionada por los tribunales  ordinarios.
El nuevo Estatuto señala que la prensa escrita no será estatizada. No obstante, el Estado podrá tener uno o algunos órganos de prensa destinados a exponer,  difundir  y defender la política del Poder Público”. (…)
Transitoriamente, y mientras se efectuaba  el proceso de transferencia de propiedad a los nuevos dueños de la prensa de circulación nacional, el Gobierno Revolucionario designó a 6 nuevos directores.
El diario El Comercio, asignado al sector social mayoritario del país, los campesinos, pasó a ser propiedad de las Comunidades Campesinas, Sociedades Agrícolas de Interés Socia, Cooperativas Agrarias  y, en general a otras organizaciones del campo. Para dirigirlo transitoriamente fue nombrado el Dr. Héctor Cornejo Chávez.
El diario La Prensa, asignado a las Comunidades Laborales, el segundo sector mayoritario, pasó a ser propiedad de las  Comunidades Industriales, Mineras y Pesqueras. Para dirigirlo fue designado el Dr. Walter Peñaloza.
El diario Ultima Hora, asignado al sector cooperativo y de mutuales que correspondía a los trabajadores del área del transporte y de la banca, fue encomendado provisionalmente al señor Ismael Frías Torrico.

El diario Correo, pasó a ser propiedad de los sectores profesionales, vale decir, del área de los médicos, ingenieros, abogados, arquitectos, contadores, etc. Para dirigirlo  fue nombrado el sociólogo Hugo Neira Samanez.
El diario Ojo, fue transferido a las instituciones de carácter cultural, o sea a escritores, pintores, músicos y artistas en genera. Fue designado director el periodista Augusto Rázuri Seminario. (Originalmente iba a ser nombrado, con su previa aceptación, ya dada y otorgada, el escritor y novelista Mario Vargas Llosa).
Los diarios Expreso y Extra, fueron asignados al sector educativo y pasaron a ser propiedad de los maestros, alumnos de los colegios y universidades y padres de familia. Fue nombrado director transitorio de los dos diarios, el Dr. Alberto Ruiz Eldredge Rivera.
El gobierno se reservó para su propiedad y control, los diarios El Peruano, dirigido por Gilberto Escudero Oyarce, La Crónica (que ya estaba en manos del Estado luego de la quiebra del Banco Popular que era propietario de sus acciones), para la cual designó como director a Guillermo Thorndike Lozada, y La Tercera edición vespertina de La Crónica, bajo el mismo director.

(Continuará)

 Del Libro: Libertad de Prensa La Etapa Borrada. El quién es quién en el periodismo peruano.
Autor: Augusto Zimmermann Zavala

sábado, 6 de febrero de 2016

La joven senderista



"Betty" tenía 17 años cuando huyó de casa. Su madre la había abandonado de muy pequeña, y su padre había muerto. Fue criada por una tía alcohólica que la golpeaba. Pero, a diferencia de otros que escapan sin saber dónde irán a parar, Betty tenía un plan.
Durante meses, algunos amigos le habían hablado de las guerrillas en las cercanías. Decían luchar contra la pobreza y para construir un gobierno del pueblo. Betty decidió unírseles, hacer algo - dice - contra la miseria y la injusticia. A los 27 años, Betty probablemente aún se ve como era en ese momento: joven, pero medida en sus palabras, racional. Su cabello negro apenas roza el cuello de su camiseta. Sus ojos rasgados y pómulos pronunciados le confieren una belleza frágil, casi oriental. Sin embargo, creo que no repararía en ella si me la cruzara por la calle.
Estamos sentadas en el auto que he alquilado para llegar hasta aquí desde Huamanga, la ciudad donde nació el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso. El único lugar en el cual Betty se siente cómoda para contarme su vida como senderista es el asiento trasero del auto, con las ventanas cerradas y a salvo de oídos extraños. Betty está en la hora de refrigerio en su empleo como auxiliar en una escuela. En lugar de comer, está hablando con esa especie de ritmo fijo, incesante, de quien describe imágenes que relampaguean en una pantalla de cine.
Me cuenta que, el día señalado para la partida, enrolló un par de pantalones, sus zapatillas y una camiseta, y los colocó al fondo de su mochila escolar. Ella y su mejor amiga hicieron a pie los cinco kilómetros que las separaban del lugar de la cita. Betty recuerda que parecían dos palomillas que faltaban a la escuela para ir de picnic.
"Nos habíamos prometido no tener miedo", dice Betty. "Nos íbamos de casa a luchar por una causa". Que los jóvenes latinoamericanos se unan a grupos guerrilleros no es novedad: es casi un rito de iniciación, lo mismo que estudiar en una universidad radical antes de ingresar a trabajar a un prestigioso estudio de abogados. Pero ahí comienza y termina lo que la militancia de Betty en
Sendero Luminoso tiene en común con estos ejemplos. 
Actualmente y en todo el mundo, no hay otro movimiento subversivo en el cual las mujeres jueguen un rol tan prominente. Según autoridades penales peruanas, la tercera parte de los acusados de actos terroristas atribuidos a Sendero Luminoso son mujeres. Desde 1990, las investigaciones de inteligencia policial documentan la presencia de ocho mujeres entre los 19 miembros del clandestino Comité Central del Partido, así como la de dos integrantes femeninos en un Politburó compuesto por cinco miembros. De hecho, lo más corriente es que sea una mujer la encargada de dar el tiro de gracia a los oficiales policiales y militares atacados, por los especialmente entrenados escuadrones de aniquilamiento de Sendero Luminoso. El senderismo declara que el 40 por ciento de sus militantes son mujeres.
Betty dejó a su tía una carta diciendo que jamás regresaría. "Mi familia es el pueblo", rezaba la carta. "Ya no pertenezco a esta familia. Cuando la gente pregunte, diles que un día me fui sin mirar atrás". Partir la hizo muy feliz, más de lo que había sido hasta entonces. Ella y su amiga se echaron sobre los hombros las mochilas, con sus secretos enrollados dentro. A la distancia, los campesinos trabajaban a duras penas sus rocosas parcelas. Betty sintió como si les gritara que la ayuda llegaría pronto. Ella volvería. "Ese fue el principio", cuenta Betty, "de lo que pensé que sería mi nueva vida"

(Del libro. Las Mujeres de Sendero Luminoso. Autor: Robín Kirk. 1993)

PELE BRILLO EN AREQUIPA


Cuentan  las crónicas que uno de los goles del FBC Melgar más festejados y gritados en el estadio Melgar se produjo hace 49 años, un domingo 6 de febrero de 1966.
Se jugaba el minuto 35 del primer tiempo, el balón fue recepcionado por Óscar Márquez, que levanta la cabeza y observa a su hermano desmarcado con intensión de proyectarse y le cede el esférico. Con la calidad de un grande, Eduardo "Patato" Márquez recibe la "gordita", avanza algunos metros, y saca un remate que vence la resistencia del golero Claudio, del club Santos de Brasil.
La fiesta, el carnaval, se vivió en todo el estadio, Melgar ganaba al cuadro del "Rey del Fútbol",  Edson Arantes do Nascimento, el gran Pelé.
Los hinchas se abrazaban, gritaban, había valido la pena formar las largas colas para conseguir una entrada y ser testigo del acontecimiento del año.
El primer tiempo de ese partido concluyó a favor de los rojinegros. Hay que hacer la salvedad de que en el minuto 25 el árbitro del compromiso,  Samuel Delgado Vera, anuló un gol de cabeza  por parte de Pelé, cobró un foul.
El segundo tiempo fue más  intenso, la defensa "dominó", conformada por Jaime Soto, Helard Delgado, Alfredo Salinas y Armando Palacios, fue más exigida. Pelé comenzó a dar espectáculo junto a sus compañeros  Zito el capitán, Mauro, Lima, Orlando, Geraldino, Salamao, Del Vecchio, Pepe (quien años después sería técnico de la selección peruana).
El gol para Santos llegó al minuto 13 del complemento, por intermedio de Toninho. El resultado final: 1-1, que dejó satisfechos a todos.
(Publicado en el suplemento AS Deportivo del Diario Sin Fronteras en Febrero del 2015)

TÚ ME GUSTAS TOTAL, ENTERA Y TODA



Tú me gustas total, entera y toda,
no por el fuego de tu pelo húmedo,
ni por tus senos de canela tibia,
ni el pecado del ritmo de tu cadera.

Tú me gustas total, entera y toda,
no por tu boca tan intacta al beso,
ni por las llamaradas de tu carne
que se te está calcinando entre las venas.

Tú me gustas total, entera y toda,
no porque eres mía y no me perteneces,
ni porque la envidia de los demás la siento
como si se tratase de propia envidia.

Tú me gustas total, entera y toda,
no porque me la pase junto a ti
bebiéndome tu aliento, ni rumiando
los pedazos de amor que tú me tiras.

Tú me gustas total, entera y toda,
por ese olor a carne que tú tienes;
olor de carne de mujer que es tuyo,
porque nadie más huele así en la tierra.

Tú me gustas total entera y toda,

porque ese olor es tuyo y lo encontré para mí.

(Autor del poema: César Díaz Martínez)

LUNA LLENA


Separas a la luna llena
cuando me uno a ti.
Quizás hayas envuelto a otros
con tus besos,
pero ahora me has tomado
con tu boca y tu saliva
como la miel.
Y mi amor por ti es más grande
que el número de granos
de arena en una playa.
Si lo quiere el destino
nos veremos

para volver a unirnos.
(Andalusi)