Tú me gustas
total, entera y toda,
no por el
fuego de tu pelo húmedo,
ni por tus
senos de canela tibia,
ni el pecado
del ritmo de tu cadera.
Tú me gustas
total, entera y toda,
no por tu
boca tan intacta al beso,
ni por las
llamaradas de tu carne
que se te
está calcinando entre las venas.
Tú me gustas
total, entera y toda,
no porque
eres mía y no me perteneces,
ni porque la
envidia de los demás la siento
como si se
tratase de propia envidia.
Tú me gustas
total, entera y toda,
no porque me
la pase junto a ti
bebiéndome
tu aliento, ni rumiando
los pedazos
de amor que tú me tiras.
Tú me gustas
total, entera y toda,
por ese olor
a carne que tú tienes;
olor de
carne de mujer que es tuyo,
porque nadie
más huele así en la tierra.
Tú me gustas
total entera y toda,
porque ese
olor es tuyo y lo encontré para mí.
(Autor del
poema: César Díaz Martínez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario