Tú que fuiste
la única de ver mis ojos.
Tú que
alumbraste ese mi sendero.
Tú que me
consolaste en la tormenta,
he
inspiraste mi canción esa noche.
Guíame en
este mi andar, por esta ruta
de dolor y
sufrimiento al ya no verla.
Dame el consuelo de que el viento
sople y
recoja esta pena y agonía.
Estas tan
lejos y tan cerca. ¡Te siento!
Sí, esa tu
luz de media noche en mi guitarra.
Estás aquí y
allá en el desierto de mi nostalgia,
no puedo
tocarte, pero marchas junto a mi sombra.
Tú eres mi
cómplice y mi compañera.
¿Qué destinos
andaré? Pero estará ahí.
Como dice la
canción
“estás
partida a mitad y alumbras igual”
(RJLR)
(RJLR)
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