domingo, 31 de diciembre de 2017

EN DÍA DE AÑO NUEVO



A pesar de todo me siento bendecido
en este proceso de convergencia
en la revolución interior del alma
en el andar en este Día de Año Nuevo.

¿Qué le puedo reclamar yo?
me ha dado todo, es decir puedo respirar
con eso ya es mucho para triunfar
para cantar, para reír y llorar

Todo tiene un inicio y un final
es decir, siempre habrá una oportunidad
en  Día de Año Nuevo siempre trinarán
la esperanza en los corazones

Nadie gana, mucho menos pierde
en la relatividad de vivir,
solo busca ser feliz, abraza esa paz
en Día de Año Nuevo las puertas se abren
depende de ti si quedan así

Hoy despertaste, es decir empiezas ganando
tienes la oportunidad de ver la maravilla de tu casa,
pero que lo tienes algo descuidada
en Día de Año Nuevo limpia tu alma y déjala así
ahora mírate, canta, di que te amas y siéntelo.


(RJLR 31-12-2017)

lunes, 25 de diciembre de 2017

ES NAVIDAD


En el mar de la multitud, vago en mi soledad.
Es Navidad y vuela la libertad en tempestad,
pájaros en el arcoíris de sonrisa pasajeras
que surcan en el alma de dolor y pena.

Solo un instante eterno para jugar
Un segundo sin final para reír
Un momento infinito para soñar
Mi vida celestial para amarlos
Es Navidad y no están

Torrentes de lágrimas desde mi ser,
añoranzas de escuchar ¡Papá!
Llanto de mi bebe que es música divina.
No los veo partir, tampoco llegar
Es Navidad ¿Hay qué festejar?

Imágenes que van,  vienen y en esta noche
sentado con deseo de transmutar lo divino.
Luchando con la rebeldía de vivir o sobrevivir,
buscando colores en el laberinto de dolor.
Es Navidad y no estoy en ninguna parte.

(25-12-2017/19.40h)


sábado, 2 de diciembre de 2017

FANTASMAS DEL AYER EN LA ESQUINA DEL SUEÑO IDO




Hoy sentado aquí perdido en ese valle profundo de la nostalgia, trato de volar en la nave llamada recuerdos, me veo y nos vemos: mozos, rebeldes, desafiantes, pero soñadores y conscientes de lo que queremos, de lo que soñamos.
Esa esquina. Puerto de mis vivencias, muelle de adolescencia, con esa mancha más que amigos eran hermanos, en las buenas y en las malas. En ese espirito patriotero, irreverente y chonguero de festejar a la Patria con nuestro desfiles, de salud o ¡No jodas pe huevón! ¡Marcha!
Una fidelidad a prueba de balas, que cada uno sabe y lo compartirá en su momento. Discusiones, mandaras de mierda, pero ante todo solidaridad. Todos o ninguno,  sí pues, como cuando  todos fuimos a parar al calabozo de Jorge Chávez, por proteger el trago y el parque, el sagrado parque.
Tiempos idos  de amores frustrados y banales. Diálogos de cine, filosofía, parasicología, música, política, vivencias cotidianas, mujeres, fútbol,  en fin, huevadas; pero buenas huevadas que era el sinónimo de pasarla bien o de la puta madre.
No eran borracheras, eran noches de bohemia, que es el arte de aprender de escuchar para la vida: nuestras confesiones, nuestros miedos, nuestras valentías. Con cantora a todo volumen o quizás con la guitarra, más que tocarla la estrangulábamos y a grito de un charro, éramos conchudos en decir “Está saliendo igualito”
Extremistas por joder, aventureros de corazón, como ir al volcán tutelar. Pero religiosos los gran putas, con el valor de ir a un santuario y perderse, aventura al máximo y reflexión para la vida.
Del deporte mejor no recordar, porque era nuestro sello indeleble, quizás para unos con el sueño de ser grandes en el fútbol y otros solo pasarla bien.

Está llegando el invierno en mi vida, la Navidad está cerca y la nieve comienza invadir mi cabeza. Hay veces que esos  recuerdos quieren fugar de la celda de mi memoria, pero hago el esfuerzo para retenerlos y dibujar en mi mente esa esquina, ese barrio de grandes personas, que todos juntos vivimos los años maravillosos.  

viernes, 24 de noviembre de 2017

Fútbol, medios de comunicación y control social





El nacimiento del fútbol moderno está estrechamente ligado al surgimiento del estado parlamentario burgués y a los primeros pasos del sistema económico capitalista a finales del siglo XVII y principios del XVIII en Inglaterra. En este sentido, la configuración de las reglas de este deporte y el consenso acerca de su cumplimiento es resultado de la filosofía propia del sistema político entonces creado, en el que diversas agrupaciones políticas competían por el poder parlamentario adscribiéndose a unas reglas concretas bajo la supervisión de un juez. Los artífices de esta transposición de valores fueron los estudiantes de los elitistas 'public schools' británicos, que dieron al actual 'deporte rey' la forma que hoy tiene al concretar unas reglas comunes para poder competir a nivel nacional entre los equipos ligados a sus centros educativos. 
Pero fue a cargo de la clase obrera británica que el fútbol se profesionalizó y extendió, llegando a todas las colonias y puertos con presencia británica en el siglo XIX. Su rápida difusión se debe, entre otras cosas, a la escasez de medios que precisa su dinámica de juego, para la que únicamente se necesita un balón (o algo que pueda pasar por esférico) y unas demarcaciones que hagan las veces de portería.
Una religión mediatizada
Actualmente el fenómeno es generador de potentes comunidades vertebradas por sentimientos identitarios colectivos gestados en torno a los diferentes clubes del mundo, reafirmados en cada partido mediante una serie de actos masivos que bien se podrían clasificar de auténticos rituales sociales. Varios autores han reflexionado acerca de los lugares comunes que comparten el fútbol y los ritos religiosos.
Partiendo de los estudios realizados por Émile Durkheim sobre religiones primitivas a principios del siglo XX, se entiende que la razón de ser de las diferentes religiones, presentes en toda sociedad conocida, es la de justificar la forma social de la que a su vez son resultado. Todo ritual religioso cumple así una función unificadora de la comunidad que lo practica. Estos ritos suelen consistir en actos de comunión conjunta de sus miembros con entidades supraterrenales, que constituyen finalmente una suerte de alabanza y reafirmación de la propia comunidad en sí y de su propia estructura social.
Coincidiendo con las revoluciones liberales, en las que se elimina la gracia de Dios como justificación principal del poder, comenzó en Occidente una progresiva, aunque limitada, pérdida de autoridad política del cristianismo, que ha sido suplida por diferentes formas “laicas” de culto a la sociedad. Una de ellas es el fenómeno social del fútbol.
Durante el ritual futbolístico las hinchadas realizan un acto de comunión cuasi religioso, expresando devoción hacia su club durante la temporada de fútbol ordinaria y a la propia nación cuando juega la selección de sus respectivos países. Tanto en un caso como en el otro, los individuos llevan a cabo una aproximación al ideal colectivo que los une, encomendándose finalmente a la comunidad de la que forman parte.
Varios elementos son compartidos por el ritual religioso y el futbolístico, en los que la comunidad fortalece y reafirma el sentimiento que tiene de sí misma. En todo culto religioso es necesario, en primer lugar, separar los actos sagrados de los profanos configurando un calendario litúrgico diferenciado del día a día de los fieles. Los fines de semana son las fechas elegidas tanto para ir a misa como al estadio generalmente.
En segundo lugar, la ruptura con la vida profana debe extenderse también a su dimensión espacial. Una ceremonia religiosa sólo puede oficiarse en un espacio sacralizado y convenientemente acondicionado para ello. Actualmente, los templos del fútbol emergen solemnes en las ciudades simbolizando la importancia política y económica de éstas, así como la grandeza del club mismo. En ellos, el terreno de juego, al igual que el presbiterio católico, se inviste como espacio sagrado que únicamente puede ser pisado por los oficiantes del ritual, en este caso los jugadores y el árbitro. Este espacio es sometido como tal a determinados cuidados que lo hacen digno de ser escenario de tan importante acto: césped cuidado, limpio y regado en su justa medida.
En tercer lugar, en todo acto religioso tienen lugar una serie de acciones colectivas más o menos repetitivas mediante las que los fieles expresan su devoción a la instancia a la que adoran. Alzar los brazos, agitar las bufandas, levantarse de los asientos o entonar cánticos son expresiones colectivas de veneración hacia el club y que guardan significativos parecidos con los que realizan las y los fieles hacia sus deidades en sus respectivos templos.
Toda comunidad religiosa debe tener una serie de referentes históricos que sirvan de ejemplo a sus integrantes. La leyenda y el mito alrededor de determinados jugadores para un club se asemejan a la tradicional santificación cristiana de personalidades históricas. Los santos constituyen así auténticos ejemplos de actuación y de servicio a la comunidad religiosa, habiendo sido canonizados por la realización de determinados actos o hazañas que contribuyeron a la expansión del cristianismo en el mundo.
En el caso del fútbol, las y los aficionados de los equipos recuerdan a jugadores emblemáticos cuyas hazañas en el terreno de juego fueron claves en la consecución de títulos y glorias que engrandecieron al club. El caso de Diego Armando Maradona es un claro ejemplo del vínculo existente entre idolatría religiosa y deportiva: en torno a él se formó la Iglesia maradoniana en Argentina, un culto de corte paródico pero que guarda sentimientos reales de devoción hacia la figura del futbolista. En Nápoles fue santificado extraoficialmente por los aficionados del club. 
Competitividad, consumo y éxito social
Como puede apreciarse, los vínculos existentes entre ritual religioso y ritual deportivo son notorios. Durante la temporada de fútbol se realiza un devoto culto a la competitividad por el éxito profesional (ligado al éxito social) que rige a la sociedad contemporánea, basada en la economía de mercado. Pero, sin duda, en la sociedad actual el fútbol no es el único espacio de congregación colectiva que cumple este tipo de funciones cohesionadoras. La forma de consumir casi cualquier otro tipo de espectáculos, como el cine, la música o la televisión, también se acerca en gran medida al culto religioso. Un ejemplo son las diferentes comunidades de fans (fanatic) que se crean en torno a productos culturales generados por las industrias del espectáculo, cuyos integrantes exhiben símbolos identificativos plasmados en objetos cotidianos de merchandising o realizan auténticas muestras de devoción al acudir a ceremonias colectivas como conciertos, estrenos de películas, o el consumo simultáneo de capítulos de series de televisión.
En cualquiera de estos campos es un lugar común la labor de santificación de las personalidades más relevantes, llevada a cabo por los medios de comunicación de masas. Si bien los antiguos santos solían ser ejemplos de conductas ascéticas, las modernas celebridades son santificadas justo por lo contrario, por ser ejemplos de opulencia y conductas sociales ligadas al consumo, las cuales suponen el combustible de un sistema social basado en la sobreproducción.
En este aspecto, se configuran en torno al fútbol auténticos modelos de hombre para la clase obrera, debido principalmente a que la mayoría de astros futbolistas provienen de los sectores más humildes de la sociedad y han logrado su fama y éxito normalmente por sus propias habilidades en el campo y por su entrega. Es significativo que la industria mediática otorgue una cobertura tan privilegiada al único terreno que ofrece el sistema económico capitalista en el que la clase social no determina el éxito profesional.
Los medios de comunicación de masas llevan a cabo esa labor de glorificación de los campeones, a quienes invisten como auténticos modelos de vida en la sociedad de consumo, así como ejemplos de virilidad, autosuperación y trabajo.
Desde la industria publicitaria a los informativos televisivos, se nos muestran continuamente las hazañas deportivas de estos superhombres sobre el terreno de juego y, cada vez más, se introducen las cámaras en sus vidas cotidianas para mostrar la opulencia en la que viven, las mujeres despampanantes que tienen o el nuevo coche que han adquirido. El espectador medio de clase trabajadora podrá ver así que un igual suyo ha ascendido hasta la cima del éxito social por sus propios medios, quedando él mismo como único responsable de sus circunstancias socioeconómicas.
El mito generado actualmente por periodistas deportivos y empresas publicitarias alrededor del futbolista Cristiano Ronaldo es el mejor ejemplo de esta estrategia mediática. La marca deportiva Nike lleva años explotando su imagen como modelo de masculinidad y profesionalidad. “Mis expectativas son mejores que las tuyas” era el eslogan de la campaña lanzada por la marca en 2009. Una imagen gigante del futbolista celebrando un gol con el torso desnudo aparecía prácticamente en cada parada de metro madrileña, recordando a los millones de trabajadores que usan el transporte público lo lejos que se encuentran del éxito social y profesional. El consumo se convierte así en la única vía posible para emular al superhombre que no han sido capaces de ser. 
El césped politizado
Pero éste del que hemos hablado es sólo uno de los aspectos mediante los que el fútbol se convierte en espacio político de disputa por el poder y el control social. Es necesario recordar que el fútbol constituye una alegoría del combate en el que dos comunidades perfectamente identificadas se enfrentan a través del juego, que posibilita que el encuentro se resuelva sin arriesgar la integridad física de los participantes. En su dimensión de fenómeno de masas, este deporte canaliza las pulsiones agresivas de la sociedad mediante el elemento mimético que constituye el juego competitivo sobre el césped, siendo un espacio idóneo para volcar tanto pretensiones de empoderamiento como reafirmaciones de la autoridad establecida.
El fascista Benito Mussolini fue de los primeros líderes políticos en ver en el fútbol una importante herramienta propagandística. Dedicó grandes esfuerzos a construir estadios monumentales y a organizar grandes competiciones deportivas en aras de demostrar el poderío de la nueva Italia.
En la actualidad, esta estrategia es una pauta básica de la política global, regida por similares pretensiones imperialistas. Sólo hay que atender a la forma en la que los Estados-nación vuelcan sobre el césped su orgullo patrio, o la forma en la que compiten previamente por ser la sede de los mundiales, mostrando su nivel de organización y su potencial de desarrollo a la inversión extranjera. Se producen violentas expulsiones de personas pobres del centro de las ciudades, o inversiones millonarias de capital público en la construcción de infraestructuras que darán pingües beneficios a las élites económicas locales y extranjeras.
En estos campeonatos, el fútbol funciona como elemento cohesionador. En el caso español, tras el resultado del mundial de Sudáfrica de 2010 no tardaron en escucharse en los medios de comunicación de masas alegorías acerca del gran poder que podría tener una España unida en el terreno de la política global, siendo esta unión requisito indispensable para salir cuanto antes de la crisis económica. El complejo de imperio perdido que vertebra el nacionalismo español se volcó a través de los medios en el triunfo de la selección, reforzando el sentimiento de identidad nacional y contrarrestando a su vez el clima sociopolítico. Contrasta la saturación informativa del Mundial de 2010 con el relativo silencio mediático tras quedar eliminada la selección española en 2014 en Brasil.
Mediante la parafernalia mediática creada alrededor de los triunfos de la selección nacional, se genera en la clase obrera una suerte de ilusión colectiva de participación en su Estadonación, a modo de sucedáneo. En cada cadena de televisión se crean tertulias deportivas y programas de “personas expertas” que engrandecen a los héroes del país, dando forma a un espíritu nacional que integra a trabajadores, patrones, e instituciones políticas. Gracias a la facilidad que ofrece a la hora de generar identidades colectivas, el fútbol supone un atractivo de masas sin igual que reproduce las estructuras de poder social y las diferentes tensiones inherentes a ellas.
Fútbol y género
El fútbol comprende uno de los grandes bastiones intocables de la dominación masculina en su dimensión más tradicional. Las glorias futbolísticas son sistemáticamente negadas a las mujeres a pesar de que cada vez éstas tengan mayor presencia en los estadios. Ellas son minoría, como los homosexuales, condenados al más completo silenciamiento. La asociación ente virilidad y competición de contacto físico, que supone la columna vertebral del culto futbolístico, es resultado lógico del contexto filosófico- moral burgués en el que este deporte se gestó.
Como en cualquier otro deporte, se lleva a cabo una discriminación de la mujer a practicarlo junto a los hombres, aludiendo a razones de corte biologicista. Sin entrar en una discusión de este tipo, simplemente es necesario señalar que el fútbol es un deporte en el que las capacidades físicas son relativamente compensables mediante las capacidades técnicas, la inteligencia del jugador o jugadora y la estrategia y cohesión del equipo. De no ser así hubiese sido impensable, por ejemplo, que un equipo como la selección española, integrado en su mayoría por jugadores bajitos y relativamente delgados, se alzase con el título mundial en 2010, habiendo selecciones compitiendo como la camerunesa o la marfileña que no llegaron siquiera a la segunda fase del torneo.
De nuevo los argumentos de corte evolucionista se hacen primar respecto a la teoría social a la hora de explicar por qué las mujeres juegan peor al fútbol que los hombres y no son dignas de competir junto a ellos. Sin duda, pensar en el hecho de que las mujeres partan desde su nacimiento de una posición claramente desventajosa para practicar este deporte (y prácticamente cualquier otro) respecto a los hombres debido al rígido constructo social que suponen los roles de género en los que se socializan, es más absurdo que pensar que la mujer juega peor al fútbol porque la madrenaturaleza (paradójicamente) así lo ha querido.
Por otro lado, el culto al ideal masculino que rige el espectáculo futbolístico conlleva una suerte de prohibición tácita de su práctica a aquellos individuos cuya identidad sexual sea percibida como una amenaza a los pilares de la masculinidad tradicional que se venera en este deporte. No es casualidad que sólo existan en la actualidad dos jugadores profesionales en activo declarados homosexuales, el sueco Anton Hysén y el estadounidense Robbie Rogers, ambos jugando actualmente en EEUU. Los casos más conocidos se hicieron públicos tras su retiro, evidenciando la incompatibilidad de su identidad sexual con su carrera.
Así, entendiendo cada encuentro futbolístico profesional como una ceremonia cuasi religiosa en la que la sociedad realiza un rutinario culto a los valores de competitividad y de masculinidad que rigen el sistema sociopolítico dominante, se entiende la dificultad que entraña para un futbolista homosexual erigirse como elemento disonante en un entorno tan mediatizado, en el que será sometido a un inevitable juicio de masas. Aún así, poco a poco se va abriendo la brecha en la FIFA gracias al coraje de los propios jugadores, que, en silencio, luchan por su libertad sexual propiciando el desarrollo de más iniciativas que favorezcan la normalización de la homosexualidad en el deporte. No obstante, éste es solo el principio de un arduo camino que conlleva el necesario replanteamiento de los pilares culturales en los que se asienta este fenómeno de masas. 

El sistema actual, basado en el lujo privado y la miseria pública nos hará miserables a todos



Todos los días son Black Friday para destruir nuestro planeta

eldiario.es


Todos quieren tener de todo. ¿Cómo va a funcionar? La promesa del crecimiento económico es que los pobres pueden vivir como los ricos y los ricos como los oligarcas. Pero estamos superando las barreras físicas del planeta que nos sostiene. El colapso climático, la pérdida de suelo, la desintegración de hábitats y especies, el mar de plástico, la desaparición de insectos: todo impulsado por el consumo. La promesa del lujo para todos no puede alcanzarse. No existe suficiente espacio físico ni ecológico para eso.
Pero el crecimiento tiene que seguir: este es el imperativo político en todas partes. Y tenemos que modificar nuestros gustos de manera acorde. En el nombre de la autonomía y la elección, el marketing emplea los últimos descubrimientos en neurociencia para derribar nuestras defensas. Los que intenten resistirse serán silenciados, como los partidarios de la Vida Sencilla en Un mundo felizde Huxley, pero en este caso por los medios de comunicación.
Con cada generación cambia la referencia de qué constituye un consumo normal. Hace treinta años era ridículo comprar agua embotellada en sitios en los que el agua del grifo es abundante y limpia. Hoy en día, a nivel mundial, usamos un millón de botellas de plástico cada minuto.
Cada viernes es viernes negro –Black Friday–, cada Navidad un festival mayor de destrucción adornado por guirnaldas de colores. Entre saunas con nieve, neveras portátiles para sandías ysmartphones para perros con los que nos incitan a llenar nuestras vidas, mi premio Civilización extrema va para el PancakeBot: una impresora 3D de masa que te permite comer cada mañana la Mona Lisa, el Taj Mahal o el culo de tu perro. En la práctica, te estorbará durante una semana hasta que te des cuenta de que no tienes espacio en la cocina. Para porquerías como esa estamos destrozando el planeta y nuestras propias perspectivas de futuro. Tenemos que quitarlo todo de en medio.
La promesa complementaria a esta es que a través del consumismo ecológico podemos reconciliar el crecimiento perpetuo y la supervivencia del planeta. Sin embargo, una serie de trabajos de investigación demuestran que no hay una diferencia significativa entre la huella ecológica de la gente que se preocupa y la que no. Un artículo reciente publicado en la revista Environment and Behaviour, señala que aquellos que se identifican como consumidores comprometidos usan más energía y producen más emisiones que quieres no se preocupan por el medio ambiente.
¿Por qué? Porque la sensibilización medioambiental suele ser mayor entre personas adineradas. No son nuestras posturas las que impactan el medio ambiente, sino nuestros ingresos. Cuanto más ricos somos, más grande es nuestra huella ecológica, sin importar nuestras intenciones. Según muestra el estudio, los que se perciben como consumidores ecológicos se centran principalmente en comportamientos que tienen "beneficios relativamente pequeños".
Conozco a gente que recicla religiosamente, guarda las bolsas de plástico, mide con cuidado la cantidad de agua al hacer té, y después se va de vacaciones al Caribe, anulando estrepitosamente sus ahorros medioambientales. He llegado a creer que su reciclaje le justifica los vuelos transatlánticos. Persuade a la gente de que son ecológicos, permitiéndoles pasar por alto impactos mayores.
Nada de esto significa que no debemos intentar reducir nuestro impacto medioambiental, pero tenemos que ser conscientes de los límites de nuestras acciones. Nuestro comportamiento dentro del sistema no puede cambiar las consecuencias del sistema. Lo que hay que cambiar es el sistema.
Una investigación de Oxfam sugiere que el 1% más rico del planeta –si tu hogar tiene unos ingresos de 70.000 libras (unos 79.000 euros) al año o más, éste uno por ciento eres tú) produce alrededor de 175 veces más carbono que el 10% más pobre. ¿Cómo, en un mundo en el que se supone que todos tenemos que aspirar a mayores ingresos, podemos evitar que la Tierra, de la que depende todo bienestar, se convierta en una bolsa de polvo?
Mediante desacoplamiento ("decoupling"), los economistas nos lo dicen: separar nuestro crecimiento económico de nuestro uso de materiales. ¿Cómo está funcionando esto? Un estudio publicado en larevista Plos One ha descubierto que, mientras que en algunos países ha tenido lugar un desacoplamiento relativo, "ningún país ha conseguido un desacoplamiento total en los últimos 50 años". Esto significa que la cantidad de materiales y energía asociada a cada incremento del PIB puede caer pero, mientras que el crecimiento deja atrás a la eficiencia, el uso total de recursos sigue aumentando. Lo que es más importante, el estudio revela que, a largo plazo, el desacoplamiento tanto relativo como absoluto derivado del uso de recursos esenciales es imposible, debido a los límites físicos de eficiencia.
Un crecimiento global del 3% significa que el tamaño de la economía mundial se duplica cada 24 años. Esta es la razón por la cual las crisis medioambientales se están acelerando a este ritmo. Aun así el plan es asegurar que se duplique y se vuelva a duplicar, y siga duplicándose eternamente. En nuestra búsqueda por defender el mundo de la vorágine destructiva, podemos creer que estamos luchando contra corporaciones y gobiernos y la ignorancia general de la humanidad. Pero sólo son sustitutos del verdadero problema: el crecimiento perpetuo en un planeta que no está creciendo.
Aquellos que justifican el sistema insisten en que el crecimiento económico es central para la reducción de la pobreza. Sin embargo, un estudio en la World Economic Review señala que el 60% más pobre de las personas del mundo reciben sólo un 5% de ingresos adicionales generados por el crecimiento del PIB. Como resultado, se requieren 111 dólares (unos 94 euros) adicionales por cada dólar destinado a la reducción de la pobreza.
Por ello, según las tendencias actuales, se necesitarían 200 años para asegurar que todo el mundo reciba cinco dólares (unos cuatro euros) al año. Llegado ese punto, el salario medio per cápita llegaría al millón de dólares (unos 850.000 euros) al año, y la economía sería 175 más grande que actualmente. Esta no es una fórmula para vencer la pobreza. Es una fórmula para la destrucción de todo y de todos.
Cuando escuches que algo tiene sentido a nivel económico, esto significa que es lo contrario al sentido común. Esos hombres y mujeres sensatos que llevan los ministerios de Hacienda y los bancos centrales mundiales, que ven un ascenso infinito del consumo como algo normal y necesario, son los destructores: destrozan las maravillas del mundo y acaban con la prosperidad de las generaciones futuras para mantener unas cifras que tienen cada vez menos relación con el bienestar general.
El consumismo responsable, el desacoplamiento material, el crecimiento sostenible: son todo ilusiones, diseñadas para justificar un modelo económico que nos está llevando a la catástrofe. El sistema actual, basado en el lujo privado y la miseria pública, nos hará miserables a todos: bajo este modelo, el lujo y la carencia son una bestia con dos cabezas.
Necesitamos un sistema diferente, que no esté basado en abstracciones económicas sino en realidades físicas, que establezca los parámetros por los que juzguemos su salud. Necesitamos construir un mundo en el que el crecimiento sea innecesario, un grupo de suficiencia privada y lujo público. Y tenemos que hacerlo antes de que la catástrofe nos obligue a actuar.
Traducido por Marina Leiva
Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Black-Friday-capitalismo_0_710779596.html

LA ESPERA QUE NO LLEGARÁ



Larga es la espera de ese segundo por verte,
diáfanos son los sueños por conocerte,
quizás el cuento se acabe al abrir los ojos.

Entre esas sabanas existentes en noches soñadas
te he amado, en el desierto, en la montaña y
en la razón de mi canto, de mi poema, de mi grito.

Nunca vi tus ojos, pero esa mirada fue un amor verdadero
y esa sonrisa fue el flechazo “te amo”.

Hoy sigo en esta duna, esperando el viento del sur
que me llevará a conocerte y tenerte,
en el fuego de la pasión, donde nuestros besos y caricias
declamarán versos al conocernos.

(RJLR)

jueves, 23 de noviembre de 2017

Y UN DÍA LLEGARON



Sus pasitos comenzaron a salta
sus piecitos comenzaron a brincar
las estrellas aplauden su regreso
un mar de llanto lamenta su partida.

Salieron de la esfera celeste
¿Cuántas navidades estuvieron?
Dos, tres, cuatro, cinco
no sé
ellos solo miran como sus padres sufren.

Comienzan a jugar en el firmamento de la paz
no comprenden como esa luz
les transportó hasta ese jardín

Allá talaron sus esperanzas
Allá cortaron sus sentimientos
Allá cazaron sus sueños
Allá abajo  en Gaza mataron a mi hijo

(RJLR)

PLEGARIA DE UN SONÁMBULO


Ando deambulando por un sueño
buscando la sonrisa de un fracaso singular,
quiero ser un recuerdo de un llanto de felicidad.

Pienso ser un eterno soñador del sol nocturno,
quiero abrazar tu aliento que aún no llegó
pero ya no estás en el lugar profundo de él
entonces busco la razón para odiar y querer.

Busco la pócima para derrotar el hechizo
y llegar a la tumba de tus lamentos y reír.

Después seguir deambulando con la memoria
hecho mierda, destrozada y curada, todo a la vez.
(RJLR)

domingo, 15 de octubre de 2017

CABALLITO DE MAR




“Caballito del mar, me llevas a galopar por el viento y el mar”
Escuchó la canción y busco esa visión
en esa distancia real, en ese abismo,
e imagino arrullando el regalo de Dios.

Caballito del mar, llévame en ese tu largo viaje.
Soy ausente en tus sinfonías nocturnas,
estoy en limbo de tus sonrisas y llantos
y me ubico en la oscuridad de tus vivencias

Caballito del mar, nada por este océano de la vida.
Yo te alentaré y gritaré en el silencio
y con el cantar de las olas llegaré,
jugaremos y correremos
y todos soñaremos en surcar los mares.

Caballito de mar, llegaste y te quedaste
en el corazón de todos.
Hoy te recuerdo, en mi destierro de mi soledad,
en el amor que te profeso, mi pequeño.


(RJLR. 15 Oct-2017- 06:00 horas)

jueves, 8 de junio de 2017

AMOR DE TIEMPO Y DISTANCIA



En el amanecer de sus 15 años, había experimentado una sensación nueva. Desde que llegó y siendo aún niña siempre lo veía en la calle jugando. Ese niño que para muchos era travieso y para otros malcriado, pero para ella le parecía gracioso y simpático.

Y apoco de llegar la primavera de su vida, tenía que dar una respuesta, ser su primera novia y él ser su primer novio. Se preguntaba cómo decirle que sí. Quería contárselo a alguien. Se preguntaba y después qué.

En la radio sonaba una canción de Pimpinela y luego de Daniela Romo y ella soñaba. ¿Le gustará? Se interrogaba, y en su pensamiento se respondía. No, él no es romántico, debe estar con toda esa onda de los subterráneos.

Una noche, llegando del colegio le alcanzo en el auto stop. Ella le entregó un pedacito de papel que significaba un inmenso cariño, su mundo estaba plasmado en esas dos palabras “Sí quiero”.
El sonido de una bocina de un auto le trajo de ese valle profundo de la nostalgia, de ese recuerdo de 30 años atrás. Y ahí estaba él, caminando entre la multitud de gente apresurada, era medio día en esa gran avenida, pese a los años ella pudo reconocerlo. Ella siempre en su soledad se recordaba de él, su primer novio.

Ahí pasaba él. Él que en ese momento de su adolescencia significó toda su vida. Ahora ella ya realizada, con hijos mayores y divorciada pensó por qué no.  Y con la vista lo miraba perderse en ese mar de gente. Quiso correr, alcanzarlo, preguntarle un sinfín de cosas. De pronto una inquietud surcó su mente ¿Estará casado? Y se quedó petrificada, plantada, paralizada. Se volvió y siguió su camino.


Él seguía su rumbo, apurado, acelerado, camino al juzgado a firmar su divorcio. 

La mamá de José Carlos



Ahora lo sé. No solo nosotros, sus hijos, le pedimos a mi madre que saliera del país. Estaba claro que para todo el mundo que la iban a matar. Muchos de su entorno o habían muerto o habían sido detenidos. La vigilancia de la Policía y el Ejército se había vuelto descuidada, escandalosa. En la pequeña tienda de la Universidad de San Marcos entraban sin disimulo agentes de inteligencia, nos miraban y salían. Entraron incluso vestidos de uniforme. Una tarde llegó un tipo alto, recio, de uniforme gris claro. Nos vio, mi madre sentada, tipiando en la vieja máquina de escribir la tarea de algún universitario. Yo a su lado, dictándole. Dijo al parecido a “sí, ella es”. Lo miramos. Luego salió.
Sus amigos también se lo pidieron, algunos cercanos que no estaban metidos en el Partido. Un buen muchacho, un amigo muy querido que estuvo en Sendero pero que tuvo la lucidez de salirse antes de que lo mataran también se lo dijo. Flaca, qué haces en esta mierda ya, no tiene sentido, tú lo sabes. Él salió del país y vive y aún lo queremos de lejos, sin tocarlo.
Se lo pidieron amigos de una ONG que la había conocido desde sus años de la izquierda radical pero legal. Que la estimaban y pese a sus discrepancias, le ofrecieron darle una mano para salir. Se lo pidieron algunos familiares. Pero a estos les dijo con pocas palabras, cuiden a mis hijos, que no les pase nada.
A mi madre algunos compañeros del partido la acusaban de preferir atender a críos que entregarse por completo a la revolución. Ella no hizo caso. Los problemas que tuvo por ello, por años. Cuando yo le pedía que se fuera, cada vez podía, cada cierto tiempo, ella sonreía y empezaba con un “no pasa nada”. Luego decía cosas como qué va a ser de ustedes. Eso me enfurecía. Le decía que éramos grandes y que sabríamos qué hacer.
Al final no se fue. Se quedó paralizada frente a una playa de Chorrillos, de tres balazos. Su sangre uniéndose al mar, ese lugar donde puedo verla aún, serena. Repitiéndose.
Mucho tiempo he luchado con el sentimiento de culpa de creer que se expuso a un riesgo muy alto por sus hijos. En los peores momentos de nuestra historia familiar en la guerra, contadas veces se separó de nosotros para ocultarse en algún lugar seguro. Siempre regresó, buscó trabajo y nos dio que comer. La policía nos ubicaba, llegaba a la casa, nos despertaban, la señalaban, revisaban nuestras pocas cosas, las ropas, los libros. Amenazaban con llevarla. Pero no lo hacía. No sé por qué. Nos íbamos a otra casa entonces. Por lo menos por un tiempo. Las críticas le llovían: deja a esos críos y pasa a la clandestinidad. Deja esa basura de “P” y vete del país.
Sé que con su decisión de no dejarnos y estar en su revolución a medias nos cuidaba, pero también nos exponía al peligro. Las dos cosas al mismo tiempo. No podía evitarlo. Ella creía que era necesario cambiar un mundo que la indignaba hasta el desasosiego. Pero no podía dejarnos simplemente, para ser más pobres aún de lo que ya éramos.
He pensado en mi madre por años. Por qué no se fue. Creo que en parte fue por sus hijos. No le pedimos eso, no queríamos esa culpa. Se lo dijimos.
Pero también creo que no se fue porque no podía hacerlo. No solo por nosotros. Por inercia en parte. Pero también porque no podía imaginarse una rendición de tal magnitud para su vida. La conocí profundamente. Sé que era transparente y que amaba a la gente, quizá en exceso si eso es posible. Que le dolía el dolor de los demás hasta hacerla sufrir. Ella sabía que el PCP-SL era ya para inicios de los 90 un terrible error. Pero no podía salirse por completo. Era lo único que le daba sentido.
Ella no estaba lista para rendirse.


(Del libro: Los Rendidos Sobre el don de perdonar. Autor José Carlos Agüero)

viernes, 2 de junio de 2017

ESA ARENERA



Era verano del 84. Las lluvias se ausentaron. La tarde de los domingos parecían más largos y aburridos.
Esta cerca de recordarse un año de su partida. Paula siempre vivía en mi corazón y siempre será mi madre. Sentado en esa esquina de la callecita de mi barrio, pensando a quien buscar, para jugar.
Estaba en la madrugada de mi adolescencia, algunas veces mi infancia se reusaba a irse, para mí todo era juego. La vida misma era un juego, para los de arriba y para los de abajo. Pensaba en todo, pero sobre todo soñaba en seguir jugando. Por entonces la pelota no era la preferida, pese a que era mi sueño. Yo deseaba esa bicicleta.
De pronto con ese calor y viento fresco del verano apareció ella.  Ahí estaba la niña, con un pantalón rosado, un polo amarillo y unas trenzas que atrapaban su larga cabellera. Iba y venía, miraba como ella se divertía.
En unas de esas me saludó. Se inició el dialogo. Debo confesar que me gustaba su sonrisa, que no era muy común en comparación de otras niñas de mi barrio. No desaproveché la oportunidad y en primera le pedí que me prestara su bicicleta. Me sonrió y me dijo que sí, yo me sorprendí.
Se bajó y me la entregó – Cuídala- Me dijo.

Esa tarde fui feliz.  Esa tarde las calles de mi barrio fueron mi paraíso. Esa tarde esa arenara era mía. 

martes, 2 de mayo de 2017

CREACIÓN



Entra y sale, gemidos íntimos de placer
Entra y sale, abrazos y besos de amor
Entra y sale, sudor limpio de pudor
Entra y sale, palabras y silencio de pasión
Entra y sale, miradas y sonrisas sinceras
Entra y sale, coito profundo de amantes
Entra y sale, pecado en pueblo chico
Entra y sale, nueva vida en nueve meses


(RJLR) (Escrita en el 2002)

SONRISA LETAL


Una caricia un abrazo
por favor, aunque sea un mazo,
pero no digas que ya no más y
que no te importa lo demás

La noche recién inicia, las calles vacías están
nada hay que llorar solo al niño bañar,
la salida del sol es anunciada por un canto
de los tornados tranquilos.
El silencio ha gritado su dolor rojo
de pasión en el luto de su amanecer,
su sonrisa me dice que es feliz
que su dolor ha culminado cuando
a la muerte ella ha encontrado


(RJLR) (Escrita en el 2014)

jueves, 27 de abril de 2017

REGALO DE DIOS


Un copito de nieve en el manto extenso de mi vida
Una gotita de lluvia en el trascurrir de mi existencia
Un rayito de luz en mi respirar de mi andar
Una bendición de la vida
Un regalo de Dios en Navidad

Quiero consolar tu llanto
Y en ese mi deseo, decirte que te amo.
Eres un guerrero y eso tú lo sabes

Eres la vida simbolizada en tu sollozo.

Anhelo festejar tu sonrisa
y ese regocijo ser la leña del fuego de tu vida
Eres mi todo más allá de edén

Eres mi pequeño el “El gran regalo de nuestro Señor”
Mateo.


(RJLR 27-04-17)

“¿QUIÉN CÓMO DIOS?”


Hoy vi salir el sol en la montaña, en el amanecer de mi razón
Y a la sazón de mis plegarias di las gracias por la vida,
Pensé en deambular en mis recuerdos, para encontrarte.
Quise navegar en el océano de mis añoranzas para abrazarte.

Hoy te vi llorar
Hoy te vi cantar
Hoy te vi reír
Hoy en mi corazón siento tu ausencia
y en este día, en este mar de mis ojos
te añoro y te canto ¡Te quiero!

Hoy escuche tu voz al otro lado de la distancia
y te ubiqué en la pradera, saltado, jugando.
Hoy ese papá, dolió
Hoy este alejamiento me mata
Hoy y siempre serás mi mundo
Tú. “¿Quién como Dios?”

Mi pequeño, mi Miguel.
(RJLR 27-04-17)

martes, 7 de marzo de 2017

Duérmete mi Niño (mi niño Mapuche)- Tito Fernandez




Arrurrú mi niño, tiempo de dormir
con sueño confiado, mama no salir.
Si te duerme pronto, regalo tendrei
cola de cagüello y un cacho de guey.

Si no duerme, entonces, llamaré la ley
que te dé unos palos y así dormirei,
vendrá huinca, malo, a mandarte preso
por robarle su alma, su sueño y un hueso.

Arrurrú es mentira, mi güeñi querido,
tu maire defiende a su niño lindo.
Dormite tranquilo, no tener temor,
que cuando se crezca será un gran señor.

Alto como un árbol, con juerza de toro,
brillando en la risa su almita de oro,
con mucho ganao, amigo' e la ley,
con harta mujeres rondando por ehi.

Arrurrú mi guagua, grande será usté,
un gran lenguaraz de lengua al revés,
un hombre de liuro pleito picará,
engañando tonto plata ganará.

Ay mi gueñi lindo, ¿qué tiene por ehi?
bombilla de p`lata, coquit'e carey,
ojitos de maqui, carit'e conejo,
dientes de ratón, pelo quilinejo.

Mejor será sabio, un grande dotor,
que inventa jarabe p'a cortar la tos,
o dueño de buses, con gente de pié,
que empieza con uno y sigue con tres.

Arrurrú mi niño, paire no vendrá,
lo agarró el camino con copa de más,
cuando sea grande no debe tomar
el vino es desgracia que aleja del pan.

Trabajo abandona si el vino tomar,
la gente se enoja si el indio brindar,
curita predica, la copa dejar,
al pobre hace daño, él puede no más.

Arrurrú mi gueñi, pronto va a estudiar,
p'a ser hombre, grande, que sepa mandar,
puede ser geniero y tierra mensar,
o hacer ruca nueva p'a mamá y papá.

Por grande que sea, no va a despreciar,
la sufrida raza donde come el pan.
Arrurrú, mi niño, boquit'e copihue,
bracitos de nalca, dedos de coligüe.

Arrurrú mi prienda, sueño lo agarró,
la mama lo acuesta p'a dormirme yo,
mañana temprano, pañal cambiaré
y leche de maire, harta le daré.

Después, los dos juntos, al pueulo marchar,
p'a vender tejío y azúcar comprar,
usté no se cansa, en mi espalda irá,
pues su maire es firme y aguanta demás.

Mi niño bonito, guerrero Mapuche,
ni mil huincas juntos se lo echan al buche,
mi niño valiente, bravo como puma,
a su novia linda le caza la luna.










viernes, 24 de febrero de 2017

UNO MI CONFIDENTE, EL OTRO MI AMANTE

Es por todos conocida la figura del “amigo de la familia”. Se caracteriza por su extraña asexualidad y porque está dispuesto en todo momento a tomar parte en las preocupaciones, necesidades y alegrías de la vida familiar Da igual si ha sido la mujer quien, ya hace mucho tiempo, lo introdujo en el matrimonio como una persona de confianza, o que el marido haya hecho extensiva la relación de una forma natural a su amigo o colega de trabajo de más confianza, o que ambos hayan convertido una nueva amistad en un amigo común;  el caso es que él es el confidente del alma, el que presta oídos de forma neutral o parcial a las dificultades de la relación, sin adoptar de ninguna forma el papel competidor. Esta figura del “amigo de familia”, será sin duda conocida por todos. En las entrevistas, sin embargo, este “amigo de la familia” aparecía en un contexto completamente diferente. Aquí era el cónyuge o compañero sentimental, el que se había convertido en el confidente, en el amigo del alma, valorado por su talante cooperador, por su confianza, por su lealtad, mientras que otro adoptada el papel de pareja sexual. Este intercambio de papeles me lo he encontrado en más de una ocasión y con muchas variantes.
Anne (52 años, independiente, a la que conocemos del primer apartado) tuvo durante 17 años de su vida, durante los cuales estuvo casada y tuvo una relación posterior a la separación de ocho años, un único y mismo amante. La pregunta de por qué nunca tuvo a su amante como pareja se torna acuciante. He aquí la respuesta:
“Sencillamente nunca se planteó el tema. Hemos vivido juntos nuestras fantasías sexuales y lo hemos pasado en grande. Eso no lo puedo negar. Evidentemente, en un affaire tan largo, acabas sabiendo cosas de la vida ordinaria del otro. Sin embargo, los sucesos cotidianos de uno nunca tuvieron repercusión en la vida del otro. Nos compenetrábamos y todo es que se dice, pero cuando yo, por ejemplo, me sentía estresada en mi relación, eso no era ni para Cornelius ni para mí un argumento para dejar o modificar nuestra relación, o al revés. Era como si se lo contase a un amigo con el que además me acostaba. Sé que muchos lo encontrarán curioso y por eso he dejado de contarlo en determinadas ocasiones o a ciertas personas. Él constituyó una de las etapas más hermosas de mi vida, aunque ésta fuera secreta”.
Anne puso fin a este largo affaire en el momento en que decidió apartar, por un tiempo, de su vida a los hombres. Después de la separación y del final de la siguiente, quiso vivir alejada de los hombres y se separó, con gran pesar; también de Cornelius. Después de unos años inició una nueva relación. El contacto con Cornelius, que entretanto se había casado, actualmente es esporádico y puramente platónico.
Julia (que tiene 39 años y trabaja en el campo de la pedagogía social) vive con el padre de sus dos hijas. Se conocen desde los tiempos de la escuela y tienen, después del paso de estos años, una profunda relación basada en la confianza.  Ella lo aprecia mucho como padre de sus hijos y también como pareja y amigo. Él es, por decirlo así, el profundo conocedor de su alma y ella, por su parte, no entendería su vida sin él. La tolerancia de él se extiende incluso al amante de su mujer que conoce desde hace tiempo. Sabe que Julia siente debilidad por él y que duermen juntos siempre que se presenta la ocasión. Estas oportunidades se dan rara vez, ya que su amante vive a unos 1.000 kilómetros, pero si los asuntos de negocios o privados le acercan a su casa, conciertan un encuentro. El marido de Julia lo sabe, pero no desea conocer ningún detalle, y no está dispuesto a compartir con ella su “resaca” emocional tras el encuentro y la despedida. De todas maneras, unas breves vacaciones pasadas con el amante, lo pusieron al límite de su tolerancia y se acordó que esa situación no volvería a repetirse.
“No quiero que sufra más por eso. Tampoco los niños deben salir perjudicados. Esto es muy importante para mí, pues la relación con Peter no tenía que ver con mi familia, es un asunto que sólo a mí me compete.  Pero como le hizo tanto daño el hecho de que pasase tanto tiempo con Peter; he decidido no repetirlo en el futuro. El precio resultaría demasiado alto. No obstante, es bonito encontrarse con él cuando viene alguna vez y también dormir con él. Lo encuentro muy erótico. Mi marido y yo también dormimos juntos, pero las relaciones sexuales son muy esporádicas y totalmente distintas. Nuestra sexualidad es cálida y cándida. Con mi amante la experimento de un modo tan impulsivo, que pierdo el control”.
Algo así sucedió a Senta con este híbrido de amigo y amante. Es una mujer madura y atractiva, de 37 años, que vive en el centro de una gran ciudad con su marido, considerado por sus amigos un esteta dotado de gran sensibilidad. Ella está muy comprometida con su profesión y tiene una vida plena. El ideal que presidía sus primeras relaciones, esto es, marido, dos niños, casa, trabajo, para siempre y eternamente, se ha ido modificando en el transcurso de sus experiencias en el seno de la pareja. De hecho, Sena se ha casado con un hombre con el que duerme “mejor que nunca”. La falta de interés por la sexualidad proviene, evidentemente, de él. En los primeros años ella llegó a desesperarse. Buscó las causas y posibles estrategias de dominio de la situación, intentó buscar la ocasión para hablar sobre ello con su pareja, persuadirle de buscar asesoramiento sexual y de pareja, se interrogó a sí misma y finalmente, a la vista de su cerrazón, se resignó.
“Fue curioso lo de Tobías. Todo lo que tenía que ver con la sexualidad, sencillamente no le interesaba en absoluto. Tampoco quería hablar sobre nuestra vida sexual, que era tan poco común. Parecía satisfecho y, cuando un tiempo después nos casamos, daba la sensación de que tuviese el sentimiento de que ya nada más podía pasar y que las cosas permanecerían así eternamente. Yo me sentía desarmada e impotente. Como ambos estábamos muy entusiasmados con nuestros respectivos trabajos, nuestros mundos se fueron distanciando. Durante un tiempo, no pudimos ni siquiera ir juntos de vacaciones.
“Al empezar un nuevo proyecto junto con un colega, empecé a compartir con él más tiempo, más ideas y sentimientos que con mi marido. El trato fue intenso y cada vez más personal. Sepa usted que mi marido nunca hablaba de sentimientos. La intimidad que sentía hacia mi colega era para mí cada vez más importante. Mi marido también estaba frecuentemente ausente, por razones de trabajo, en el extranjero. Hasta ese momento no me había preocupado en absoluto. Yo tengo mi profesión, mis amigas y mis hobbies, y muchos intereses culturales. Al no tener hijos no me sentía ligada de un modo especial. Debo decir que incluso había renunciado a tener hijos, precisamente por ese motivo. No quería estar atada a la casa, cuidando de un niño, mientras mi marido estaba de viaje.
“Mi colega también está casado y nos asegurábamos mutuamente que los dos éramos felices en nuestros respectivos matrimonios. A pesar de ello, se produjo, durante un viaje de negocios, un primer encuentro sexual. Fue realmente maravilloso. Gracias a esa sexualidad tan apasionada se me hizo claro que con mi marido todo estaba reprimido. En realidad, yo era muy sensual. Todo siguió igual durante un tiempo hasta que nuestras respectivas parejas lo descubrieron. Mi marido se desmoronó y se mudó por un tiempo. He hablado de eso con muchas de mis amigas, pero nunca con él. En un momento dado volvió y todo comenzó desde el principio. Hasta hoy, nunca hemos hablado del tema. Sé que de algún modo sabe lo que tiene que ver con nuestra sexualidad.  Dado que él no quiere o no puede hablar del tema, somos incapaces de asumirlo. Creo que en aquella ocasión nuestro matrimonio estuvo realmente en jaque. Yo me sentía terriblemente desorientada.”
La falta de dialogo en el matrimonio de Senta nunca ha cambiado. Ella se decidió, tras un período muy doloroso y de reflexión, a seguir viviendo con su marido, con el que coincide muchas facetas de la vida. Sus inclinaciones en relación con la cultura, la política y los viajes son casi idénticas. En la mayoría de las cuestiones de gusto, como la indumentaria, la decoración, las comidas, coinciden. Cuando se presentan juntos, se nota la armonía en muchos aspectos. Senta sabe que con otro hombre echaría de menos estas afinidades.
Un año después del affaire que relatábamos más arriba, inició una nueva relación sexual con otro hombre. Esta vez no se engañó, sino que reconoció inmediatamente que el diálogo y la sexualidad están en primer término Senta y su marido son personas elegantes y distinguida. Su amante era el tipo “gallito”, que nunca podría pasar más de un día juntos.
“La sexualidad sencillamente no fue el origen de nuestra relación y tampoco el fundamento decisivo para nuestro matrimonio.  Entre tanto el sexo se ha convertido en una cuestión dolorosa y, por tanto, en un tema tabú entre nosotros. Tengo miedo de que la poca atracción física que existe entre nosotros desaparezca a causa de tanto hablar sobre el tema. Nuestra unión se fundamenta principalmente en el terreno espiritual y, de alguna manera, teníamos la esperanza de que lo otro surgiría por sí mismo. Pero eso nunca ocurrió.”
Senta ha comprendido a aceptarlo. No lo percibe como una resignación, sino como la decisión libre de estar junto a su esposo. Cuando la necesidad de contacto físico se hace accidente, sufre por ello y no sabe hacer. De todos modos, no excluye por principio que pueda vivir su sexualidad con otros hombres si se da el caso. Ya no cree que la compenetración sexual sea la base de una relación, sino que da más importancia a los ámbitos que evidentemente comparte con su marido.
Estos tres ejemplos deberían haber demostrado que la figura del “amigo de la familia” puede hacerse presente en la persona del cónyuge. El amigo y confidente vive en la propia casa, y el amante está fuera.


Del libro: ¿Por qué somos infieles las mujeres? De: Gisela Runte