La mar se ha quedado tranquila
la luna alumbra el desierto
el viento sopla un silbido de alegría
llegó la Nochebuena, dulce melodía.
Será que el niño nos mira, nos sonríe
y con esa dulzura nos dice "no
mientan"
no mentir esa es nuestra verdad,
tenemos que llevar nuestra realidad,
decir, contar, escribir, que mas da.
Dulce el metal, toxico el vals,
la niña camina sola
en el corazón de la ciudad,
el villancico le acompaña
en el mendigar de su realidad
este noche nace el Niño,
mañana mueren muchos niños.
El pavo pide clemencia,
la mesa pide decencia,
el pobre clama justicia,
el rico goza complacencia,
yo no escapo de mi demencia.
Nace una ilusión en el corazón
¿Por qué dejarlo ir?
Aprovechemos la situación
para después reír
Es el espíritu navideño
el sublime decir te quiero,
el regalarte una sonrisa
el entregarte una mirada y
la razón de decir ¡Feliz Navidad!
dulce el metal, toxico el vals
(RJLR)
(Escrita en diciembre de 2000)
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