sábado, 7 de marzo de 2015

LOS PRIMEROS SENDERISTAS

(Foto referencial)

En Cerro de Pasco, un contingente senderista asaltó el mismo día (28 de julio 1980) la compañía minera Atacocha y se llevó más de 350 cartuchos de dinamita, además de mechas y guías.
Fue el primer asalto a asientos o polvorines mineros desde el comienzo de la insurrección. Al día siguiente, en un campamento del Ministerio de Transporte, en Pomabamba, Ayacucho, otro grupo senderista dominó a los trabajadores y se llevó 2,200 cartuchos de dinamita, fulminante y mechas.

La policía había reaccionado en casi todos los casos. En Huancapi logró capturar a los presuntos autores de los atentados dinamiteros. Poco antes, en Ayacucho, Germán Medina, el médico que sería elegido diputado por la Izquierda Unida en 1985, había recibido un telegrama del Presidente de la Federación Médica Peruana, indicándole que Huancapi se había detenido a un médico, e instruyéndole para que averiguara e hiciera gestiones para lograr su libertad. Medina no dio crédito inicialmente a la información. No había médico en Huancapi. No obstante, hizo gestiones ante el Prefecto del Departamento, Marciano Cavero. En la tarde, Cavero informó que el detenido era el médico Eduardo Mata Mendoza, ex director del Hospital de Cangallo.

La Noticia fue una sorpresa para Medina y los demás médicos en Ayacucho, porque Mata había renunciado poco antes al cargo, “Había venido a Ayacucho en las Navidades anteriores y nos había dicho que renunciaba al Hospital de Cangallo, que se iba a Lima a hacer una residencia. Yo recordaba eso muy bien, porque había significado que Cangallo se quedaba sin médico”. Al Partir de Cangallo, le habían ofrecido una fiesta de despedida a él y su esposa.
Su esposa era Yeny María Rodríguez Neyra, que también trabajaba en Cangallo como asistente social y estudiaba a la vez Sicología en la Universidad de San Marco. Ambos eran cuadros del primer grupo que Sendero lanzo a la lucha. En lugar de ir a Lima ambos esposos se internaron en el campo en el área de Cangallo y Huancapi. Para evitar ser reconocido, Mata vistió la indumentaria andina: poncho, ojota, sombrer. El tener rasgos costeños y color claro no era un problema en Cangallo, donde el asentamiento de los derrotados conquistadores almagristas han dejado huella fisonómica hasta hoy. Identificándose cono “Víctor Paniagua”, Mata había sido capturado con su esposa y otro estudiante. Un cuarto capturado confesó actuar bajo las órdenes del médico.

La corta odisea de ambos esposos representa una buena ilustración sobre los métodos que utilizó Sendero, para proteger a sus cuadros al inicio de la insurrección. Mata provenía, de acuerdo a varios testimonios del MIR, pero ya estaba incorporado a Sendero, y su posición en la sub zona de Cangallo era indudablemente la de un cuadro importante. Que el presidente de la Federación Médica Peruana se hubiera enterado en Lima de la prisión de Mata a las pocas horas indica la velocidad con que movilizó Sendero su estrategia de defensa. De la misma en que se había utilizado las instrucciones del Estado para crecer, se usaban, cuando era posible, organizaciones gremiales para defender a los suyos, ocultando su vinculación política o apelando a los sentimientos comunes de solidaridad en la izquierda peruana frente a cualquier arresto. En este caso los reflejos de la defensa gremial fueron eficazmente inducidos, y la Federación Médica pidió a sus afiliados ayacuchanos a movilizarse para lograr la libertad de Mata. Los médicos hicieron una colecta entre sí, y con Medina a la cabeza viajaron a Huancapi a gestinar la libertad de su colega y organizar su defensa.

El aspecto familiar era una historia por completo diferente. Los Mata tenía un hijo de pocos meses de edad, que estaba con la madre en el momento de su arresto. Hicieron llamar a un conocido y le “recomendaron” al niño, para que lo “criara”. Luego sucederían muchos casos parecidos: Cuando la pareja de esposos pasaban conjuntamente al trabajo clandestino, los hijos quedaban al cuidado de parientes cuando se podía y si no, bajo el de amistades. De acuerdo a las evidencias, Sendero no invirtió mayores esfuerzos en cuidar y proveer a las necesidades de los hijos de sus cuadros; y parece que el abandonar a la prole propia por el proletariado, o la abstracción hipotética bajo tal nombre, fue una de las formas de dar el ejemplo de entrega a la cuasa. Uno no puede menos de pensar, aunque sea una reflexión ociosa, si las cosas no hubieran sido diferentes en ese respecto si Guzmán y Augusta La Torre hubieran logrado tener hijos.

En Huancapi, Mata no hizo esfuerzo alguno por explicar a Medina y los otros médicos por qué estaba ahí y no en Lima. Solo cuando el fiscal les explicó que lo que había encontrado “emponchado, con dinamita cerca, pintando paredes”, Mata nego cualquier propósito explosivo, “nos dijo que había ido a visitar a unos compadres”.
Los médicos tivieron que esforzarse en su defensa, pese al espíritu generalizado de amnistía que exístia entonces, y a la poca o ninguna importancia que se les daba a los atentados senderistas. Finalmente, después de varias visitas, y de haber logrado trasladarlo a Cangallo, consiguieron liberarlo. Mata no perdió el tiempo en desaparecer, y sus colegas ayacuchanos no lo volvieron a ver vivo. “Después lo vimos en la morgue” Pero eso fue en 1982, cuando Mata cayó en el asalto a la cárcel de Ayacucho. Su esposa sería apresada otras veces en el futuro inmedianto.

(Del Libro: "Sendero  Historia de la guerra milenaria en el Perú" . Autor: Gustavo Gorriti)

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